“Ante la falta de un lugar para derivar a los pacientes con COVID 19 estamos con una sala de espera con seis camas”, detalló Dora Fernández, secretaria general de la seccional Norte de ATE. “No podemos dejar de denunciar las pésimas condiciones en las que se están desempeñando los trabajadores, recargados y con equipos de malísima calidad quedando expuestos a contagios masivos”.
Desde el sindicato denunciaron que a la par de los casos positivos en el personal y de los trabajadores aislados por sospecha o contacto estrecho, los trabajadores también están siendo expuestos a la inseguridad. “La gente que tiene familiares graves o no ven su recuperación y necesitan un lugar más complejo se agolpan y exigen respuestas a los profesionales que son la cara visible en una guardia. No queremos más hechos de violencia contra nuestros compañeros y exigimos que se preserve la salud de todos los trabajadores y trabajadoras de la salud”, completó Fernández.
ATE también exigió elementos de protección personal (EPP) de la calidad exigida para proteger y no contagiarse del virus. En muchas oportunidades se responsabiliza a los propios agentes diciendo que no se cumplió con los protocolos, cuando en realidad es responsabilidad del ministerio de salud proveer los EPP de calidad.
Es así que desde el sindicato se exige de manera urgente respuesta a esta compleja situación. “La falta de personal es tan grave como la falta de camas. Nos encontremos con un hospital colapsado y sin respuestas a los vecinos de nuestra ciudad y con trabajadores que no son cuidados ni contenidos como trabajadores esenciales”, concluyó la dirigente.
