El 25 de marzo de 1977 el escritor y periodista Rodolfo Walsh era embestido y desaparecido por un grupo de tareas de la última dictadura cívico militar, que iniciara la etapa más oscura de nuestro país. A 40 años de este fatídico hecho, la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) Autónoma de Río Negro recuerda a este hombre, de los imprescindibles.
Rodolfo Walsh nació en Choele Choel y este enero que pasó hubiera cumplido 90 años. Militante de la CGT de los Argentinos, FAP y Montoneros, sería difícil resumir en pocas líneas su vasta trayectoria y el implacable legado que dejó, no solo como periodista y escritor, con obras necesarias como “Quien mató a Rosendo” que relata el asesinato de Rosendo García, por entonces dirigente de la Unión Obrera Metalúrgica y “Operación Masacre”, que puso al descubierto los fusilamientos de José León Suárez, sino como militante al servicio del pueblo.
Tal es así, que aún amenazado por la Triple A y la dictadura continuó desarrollando su tarea en la clandestinidad. Su última acción fue escribir y dar difusión a la “Carta Abierta de un escritor a la Junta Militar” donde expuso detalles puntillosos de lo que estaba sucediendo en nuestro país, denunciando los secuestros, las desapariciones y las torturas:
«Han restaurado ustedes la corriente de ideas e intereses de minorías derrotadas que traban el desarrollo de las fuerzas productivas, explotan al pueblo y disgregan la Nación. Una política semejante solo puede imponerse transitoriamente prohibiendo los partidos, interviniendo los sindicatos, amordazando la prensa e implantando el terror más profundo que ha conocido la sociedad argentina. Quince mil desaparecidos, diez mil presos, cuatro mil muertos, decenas de miles de desterrados son la cifra desnuda de ese terror. Colmadas las cárceles ordinarias, crearon ustedes en las principales guarniciones del país virtuales campos de concentración donde no entra ningún juez, abogado, periodista, observador internacional”.
Así señala en un texto de 10 páginas que además da cuenta del nefasto plan económico que estaba llevando adelante Martínez de Hoz:
“En un año han reducido ustedes el salario real de los trabajadores al 40 %, disminuido su participación en el ingreso nacional al 30 %, elevado de 6 a 18 horas la jornada de labor que necesita un obrero para pagar la canasta familiar, resucitando así formas de trabajo forzado que no persisten ni en los últimos reductos coloniales”, describe.
Al día siguiente de fechada la Carta a las Juntas, Rodolfo Walsh fue interceptado y acribillado en la esquina de San Juan y Entre Ríos de la Ciudad de Buenos Aires. Llegó muerto a la ESMA, donde pasó a integrar la lista de más de 30 mil desaparecidos que dejó la dictadura.
Sin embargo, su compromiso político- a pocos meses de iniciada la dictadura, el que fuera fundador de la Agencia Prensa Latina en Cuba, ya creaba la Agencia de Noticias Clandestina (ANCLA) para denunciar los abusos y violaciones de derechos humanos que se producían sin cesar- , su legado intelectual al servicio de los oprimidos y explotados, su maestría en el periodismo de investigación, su trazo certero para contar la realidad de nuestro tiempo, trasciende hasta nuestros días y la voz que emana de su obra, imposible de callar.
Juicio y castigo
Cabe destacar que en el año 2011, luego de casi dos años de audiencias por los que declararon 160 testigos – 79 de los cuales eran sobrevivientes del centro clandestino- sus secuestradores y asesinos; entre ellos Alfredo Astiz y Jorge Acosta, fueron sentenciados a prisión perpetua acusados por la privación ilegal de la libertad, tormentos, robo de bienes y homicidio. Además, fueron condenados a 25 años de prisión Juan Carlos Fotea y Manuel Jacinto García Tallada. Carlos Antonio Tomy Capdevilla a 20 años de prisión y Juan Antonio Piraña Azic a 18 años. Pablo Eduardo García Velasco, Julio César Coronel y Juan Carlos Rolón fueron absueltos.
