Son más de medio centenar los empleados que se encuentran en esta situación, algunos de ellos con más de 40 años de antigüedad.
“Es muy triste ver como esta empresa que tiene más de cien años de existencia, y que ha sido líder en mercados del país y el mundo, en la actualidad se presenta tan deteriorada. Tuvo más de 200 trabajadores y hoy deja una gran parte de ellos en la calle”, señaló Rosa Ñanco, secretaria general de la CTA Autónoma seccional Villa Regina.
La dirigente explicó que si bien son 16 los socios, hay dos a quienes los trabajadores reconocen como responsables de esta situación: Ignacio Bello y Víctor Lafourniere, quienes tienen un galpón que está funcionando, donde se desempeñaban estos trabajadores que pertenecen al sector de la sidrera.
Es así que van a permanecer con esta ocupación pacífica del predio hasta tanto la patronal no cumpla con lo que se les prometió y les paguen todo lo que les adeudan.
“Hay trabajadores que tienen más de 40 años de desempeño y están avanzados en edad. Para ellos es muy difícil encontrar otro puesto. Estos hombres y mujeres valerosos están llevando adelante esta lucha a pesar de la inclemencia del tiempo, a pesar que no tienen ni luz ni gas, apoyados por la gran solidaridad de la comunidad que acompaña la lucha y los alienta a seguir”, completó la dirigente, manifestando también el compromiso de la CTA frente a esta grave situación.
De este modo, la Central obrera denuncia el total abandono en la que se encuentran, ya que al momento no han recibido ningún tipo de ayuda. Se destaca además que el Concejo Deliberante de Villa Regina actuó en contra de los trabajadores, ya que los mismos se acercaron para que estos empresarios no vendieran tierras y sin embargo les dieron el aval para que lo hagan. “El Concejo y el Intendente Carlos Vazzana le dan la espalda no sólo a los municipales, sino que también a los trabajadores de La Reginense. Se contradice cuando expresa que se debe a los 42 mil habitantes, porque estos trabajadores también son ciudadanos de Villa Regina”, concluyó Ñanco.