“Las intenciones de la ley pueden ser las mejores, pero sabemos qué sucede con las normas sin taxatividad: a menudo los empleadores atropellan el espíritu de las leyes”, señaló Rodrigo Vicente, secretario general de ATE.
“La ley de teletrabajo desvanece la jornada laboral limitada para pasar a una jornada continua, en la que impera la lógica de la demanda a cualquier hora y se ajustan los tiempos de respuesta”, agregó Vicente. “Esta desnaturalización se desprende del artículo 4, donde se habilita el trabajo por objetivos. En otras palabras, es un regreso al trabajo a destajo”.
Por otro lado, Vicente criticó el debilitamiento de la organización colectiva y el incremento del control de los empleadores sobre la fuerza de trabajo:
“Es difícil saber qué le pasa a un trabajdor o a una trabajadora si estamos recluidos en nuestras casas, frente a una computadora”, agregó el dirigente. “Cómo sabemos si se está llevando adelante una injusticia, un atropello. Cómo planteamos un reclamo”.
En otro tramo, ATE destacó que la mayoría de las personas no tiene un espacio en su casa para trabajar tranquila, sin interferencias con la vida familiar que allí se desarrolla.
El sindicato también puso un manto de dudas sobre la provisión de equipos, porque la ley establece que el empleador puede optar por entregar una compensación regulada en los marcos de una negociación colectiva. El mismo principio aplica a los mayores gastos por conectividad y servicios.
Por último, ATE destacó que la ley de teletrabajo abre la puerta a la litigiosidad. Mientras en la Ley de Contrato de Trabajo los accidentes que tienen lugar en ocasión del trabajo se “consideran” laborales, en la ley de teletrabajo sólo se “presumen” laborales.