La Asociación Trabajadores del Estado (ATE) conmemoró el 45° aniversario de ANUSATE, la agrupación que en 1984 recuperó la conducción del sindicato del colaboracionismo con la dictadura militar. La actividad se realizó en el Centro Municipal de Cultura de Viedma a través de una charla con la vicepresidenta de Unidad Popular Leticia Quagliaro, hija de Héctor Quagliaro, unos de los fundadores.
“ANUSATE enamoró a varias generaciones de militantes sindicales y políticos y nosotros queremos contagiar esa utopía entre los militantes que lentamente se acercan a ATE”, contó Analí Ramos, Secretaria de Formación de ATE Río Negro, quien presentó la actividad junto a la Secretaria Adjunta de ATE, Leticia Lapalma.
“Nos pareció apropiado hacerlo desde la mirada de una niña como era Leticia Quagliaro por entonces, llena de anécdotas sencillas sobre un hecho trascendente de la historia sindical y política argentina”, agregó.
45 de años de lucha
Sólo 24 horas después de la detención del primer grupo de Madres de Plaza de Mayo en la Iglesia de la Santa Cruz, en Buenos Aires, un grupo de militantes de ATE se reunió en La Casa de Nazareth para afinar los preparativos del día siguiente. El 8 de diciembre de 1977, las Madres habían sido abordadas por un grupo de tareas después de reunir la plata necesaria para publicar una solicitada en los diarios en busca de sus hijos. El 9, a escasos metros, Víctor De Gennaro y otros trabajadores definían la hora de encuentro para el domingo 10. El motivo: fundar la Agrupación Nacional Unidad y Solidaridad de ATE, ANUSATE, la verde.
El contexto de la época era difícil para dar pelea a la burocracia colaboracionista de la dictadura, enquistada en la secretaría general de ATE con Juan Horvart desde hacía 20 años. La represión estaba en su momento más álgido, la embestida hacia la estructura del Estado en su punto más agresivo y la fortaleza del movimiento obrero en su piso más bajo.
Entre la muchachada que soñaba con la recuperación del gremio figuraban además Hugo Contreras, Eduardo De Gennaro, Miguel Peirano, Luis Vila y Germán Abdala, entre otros. Pero fue sin duda la experiencia de Héctor Quagliaro la que echó luz en aquellas horas sombrías.
El Colorado, como lo apodaban, era un viejo afiliado de Construcciones Portuarias de Rosario. Resistió La Libertadora, fue secretario general de ATE Rosario, delegado regional de la CGT normalizadora, protagonista de los dos rosariazos del ’69 e integrante de la CGT de los Argentinos. Fue además secretario administrativo y gremial del secretariado de Horvart, hasta que el isabelismo lo encontró en la vereda de enfrente. Quagliaro fue expulsado entonces de su puesto de trabajo, del Consejo Directivo Nacional y del sindicato en diciembre de 1976.
De regreso a Rosario, recibió durante 1977 la visita permanente de De Gennaro, Abdala y Vila, quienes lo convencieron de presidir la futura lista. Fundada ANUSATE, salieron a recorrer el país. Las nueve seccionales del interior más la Capital Federal que adherían a la verde debían multiplicarse.
De a poco ANUSATE comenzaba a crecer. Era una más del Grupo de los 25, de las que convocó a la primera huelga contra la dictadura en abril de 1979 y de las que integró la CGT Brasil. Un espacio de pertenencia delimitado frente a la transición democrática que avizoraba, asimismo, una fecha de elecciones para el gremio: 6 de noviembre de 1984. La victoria resultaría aplastante. De un padrón de 82 mil afiliados, la verde ganó por cerca de 24 mil votos.
