Continúan surgiendo documentos que comprobarían que las autoridades del Centro Regional Patagonia Norte del SENASA pudieron evitar la tragedia de la médica veterinaria que perdió la vida recientemente mientras desarrollaba su trabajo.
La Asociación Trabajadores del Estado (ATE) tomó contacto con un detalladoCertificado Médico que recomendaba el traslado de la trabajadora. La prescripción, firmada por la Médica María Cristina Luaces (MP 1761) fue comunicada a las autoridades del organismo el 18 de enero pasado, unos 20 días antes del accidente que le cobrara la vida.
«Ha presentado severos episodios de hipoglucemias, con pérdida del conocimiento y convulsiones», destaca la profesional en Certificado y cierra señalando que «se considera una paciente lábil que no debería vivir sola. No tiene grupo familiar con quien estar. Se recomienda considerar traslado laboral más cercano a la familia de origen».
Las pruebas involucran cada vez más al Director Ejecutivo, Ricardo Sánchez y al Coordinador de Sanidad, Calidad e Inocuidad Animal del mismo Centro, Gustavo Comesaña, indicados como responsables de la situación que desencadenó el fallecimiento de la veterinaria. Cabe destacar que pese al pedido del traslado de la trabajadora a la Ciudad de Córdoba, que le permitiría estar más contenida, los mencionados resolvieron hacer caso omiso.
Cabe recordar que la veterinaria tenía 40 años de edad y sufría Diabetes Tipo 1 (Insulina dependiente). Cumplía su jornada laboral en la Regional Patagonia Norte en General Roca y supervisando el establecimiento Pollolín SA en Cipolletti. Luego de padecer varias descompensaciones, y como vivía sola en Cipolletti, requirió a las autoridades del organismo su movimiento a la provincia de Córdoba, para ser asistida por su familia.
Sin embargo, contrariamente a su demanda, no solo le negaron la posibilidad de reubicación sino que además, en el transcurso de los días, ampliaron su radio de trabajo, enviándola a supervisar el establecimiento Solemar S.A. ubicado en la ciudad de Chimpay.
La tragedia se cruzó en su camino en uno de los viajes al Valle Medio. Sufrió una descompensación en plena ruta y despistó, cayendo con su automóvil a un desagüe. Fue asistida por algunos automovilistas que circulaban por el lugar, pero tras el accidente quedó internada en Terapia Intensiva, falleciendo a las 48 horas del suceso.