La radio argentina cumple 98 años y la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) Autónoma de Río Negro celebra la imprescindible labor que llevan adelante todos los trabajadores radiofónicos: un engranaje que se compone de técnicos, locutores, productores y operadores, entre otros tantos que permiten llevar la magia de este medio a cada rincón del territorio.
La Central alerta por los despedidos, el cierre de emisoras y el atropello que significa la reducción de voces sobre el derecho a la comunicación
Sin embargo, en un día como hoy -cuando se cumple un nuevo aniversario desde que ocurriera la primera transmisión radial de la historia, un 27 de agosto de 1920- la Central obrera no puede menos que manifestar una gran preocupación por la difícil situación que atraviesa el sector.
A lo largo de este tiempo hemos asistido, día tras día, a un continuo cierre de emisoras, y el silencio de radio se extiende de la mano de miles de despidos y una persistente profundización de la precarización laboral.
La situación se vuelve cada vez más compleja, en un marco donde las políticas del Gobierno Nacional demuestran lo poco que le interesa sostener los medios públicos nacionales. El vaciamiento y la disminución drástica de los contenidos de producción federal, suman a este negro panorama, donde también se denuncia el incumplimiento del fomento establecido en ley 26.522, así como la discontinuidad de políticas públicas para fortalecer radios escolares, socioeducativas, universitarias, rurales, cooperativas, entre otras.
Son estas algunas de las dificultades que atraviesa hoy el espectro, con la consecuente disminución en la pluralidad de voces que hacen a una comunicación democrática.
Frente a esta situación, la CTA Autónoma no solo alerta por la cantidad de trabajadoras y trabajadoras que han perdido sus fuentes de trabajo, sino que destaca el atropello que significa la reducción de voces sobre el derecho a la comunicación. La radio es un pilar clave en el ejercicio de ese derecho y, un día como hoy, la Central llama a defenderlo más que nunca.