Nunca antes en su historia ATE Río Negro había tenido representación gremial en la empresa del Estado Tren Patagónico. A pesar de la oposición de un sindicato que recurrió a la secretaría de Trabajo para anular la elección, los trabajadores afiliados instalaron urnas y pudieron elegir a sus flamantes delegados.
Se trata de Ana Almuna y Nicolás Salazar, ratificados por el 85% del padrón electoral, quienes ahora garantizarán la orgánica de ATE dentro de la empresa, representando a sus compañeros ante las autoridades y las instancias superiores del sindicato.
Desde las vísperas de la jornada, se registró un proceso de afiliación a ATE de grandes magnitudes, lo que avizora una presencia fuerte del sindicato en la vida de la empresa.
El proceso democratizador dentro de Tren Patagónico tuvo varios obstáculos, que incluyeron en un principio a la empresa y a los sindicatos temerosos de perder representatividad.
Meses atrás, los trabajadores que se afiliaban a ATE no podían hacerlo de manera directa, como ordena la legislación laboral, sino que debían ratificar su adscripción al gremio ante las autoridades. Luego, intentaron sin éxito impedir la realización de las primeras asambleas.
Entre los reclamos de ATE se encuentra la indumentaria, la actualización de categorías y escalafones, la capacitación para el personal según las áreas, la actualización de los montos de títulos terciarios y universitarios, la entrega de elementos de trabajo, el pago en término de los francos trabajados, la realización de concursos internos para ocupar futuras vacantes y que se vuelva a discutir el actual convenio colectivo.
Se trata de Ana Almuna y Nicolás Salazar, ratificados por el 85% del padrón electoral, quienes ahora garantizarán la orgánica de ATE dentro de la empresa, representando a sus compañeros ante las autoridades y las instancias superiores del sindicato.
Desde las vísperas de la jornada, se registró un proceso de afiliación a ATE de grandes magnitudes, lo que avizora una presencia fuerte del sindicato en la vida de la empresa.
El proceso democratizador dentro de Tren Patagónico tuvo varios obstáculos, que incluyeron en un principio a la empresa y a los sindicatos temerosos de perder representatividad.
Meses atrás, los trabajadores que se afiliaban a ATE no podían hacerlo de manera directa, como ordena la legislación laboral, sino que debían ratificar su adscripción al gremio ante las autoridades. Luego, intentaron sin éxito impedir la realización de las primeras asambleas.
Entre los reclamos de ATE se encuentra la indumentaria, la actualización de categorías y escalafones, la capacitación para el personal según las áreas, la actualización de los montos de títulos terciarios y universitarios, la entrega de elementos de trabajo, el pago en término de los francos trabajados, la realización de concursos internos para ocupar futuras vacantes y que se vuelva a discutir el actual convenio colectivo.